A medida que el Coronavirus proyecta una sombra oscura, amenazando al mundo entero, hay un lugar único donde los más vulnerables entre nosotros se sienten seguros: ADI. Su equipo de cuidadores brinda a cada residente la atención personal que necesita, irradiando amor, compasión y empatía en los niveles más altos. También se aseguran de que los residentes permanezcan conectados con sus padres, y que los padres permanezcan completamente informados, enviando fotos de todas las sonrisas, organizando videoconferencias y llamando solo para asegurarse de que sus hijos estén felices y que todo esté tranquilo.
Estoy muy agradecido por todo lo que ADI está haciendo en esta situación inusual, cerrando el ‘arca’ para crear un ambiente estéril, pero manteniendo la claraboya abierta para enviar palomas de comodidad e inspiración hasta que esté seguro de que las ‘aguas se han retirado. Gracias a todos por ¡Quién eres y qué haces por tus padres! Te bendigo y te envío mi mayor amor y aprecio.
–Ofri Pollard, madre de Yochai, residente del centro residencial y de rehabilitación de ADI en Jerusalén