James, el bombero canadiense

James tiene una historia especial. James trabaja durante 6 meses al año como bombero en los bosques al norte de Canadá, dedicando la otra mitad del año a actividades de voluntariado y a la rehabilitación de hogares para la población más desfavorecida.

Hace unos meses, cuando llegaba a sus servicios matinales en su sinagoga habitual en Toronto, James se encontró con un boletín informativo mensual acerca de ADI en la sinagoga. La historia sobre Eran Almog y la fundación del centro de rehabilitación ADI Negev-Nahalat Eran, llegaron al corazón de James. Tanto así, que el proceso para el voluntariado fue muy rápido.

En cuanto llegó al pueblo, James recibió una tarea compartida; una parte del tiempo de actividad con los residentes y otra parte de trabajos en el Safari del pueblo. Tres cortas semanas después de que empezara, James ya había completado la tarea de revestir con madera todas las puertas del Safari.

Sobre su actividad con los residentes, James dice que “Sagi y Yaki son como hermanos menores para mí. Jugamos baloncesto juntos y veo cómo rezuman felicidad. Siento una conexión muy fuerte con sus almas, que están encerradas en cuerpos con discapacidades.”

Desde los fríos bosques del norte de Canadá al árido desierto del sur de Israel, James, el bombero, sigue trabajando para asegurar que todos reciben el amor y el respeto que se merecen.

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