La semana pasada estuvimos disfrutamos pasando un día en Gush Etzion con nuestros geniales voluntarios.
Desafortunadamente, Gush Etzion – una región al sur de Jerusalén – no ha tenido buenas reseñas en los últimos años. Casi cada día sufrían ataques terroristas en la región. Y afortunadamente, la situación se calmó durante varios meses, también debido a la firme presencia de la armada israelí.
Era muy importante para nosotros enseñar a nuestros voluntarios esta bella y próspera región, darles a conocer su historia y enseñarles la vida diaria de la población local.
Tuvimos la suerte de tener al ex alcalde de Gush Etzion – Moshe Saville – como guía. Quedamos en Mizpor HaElef, un mirador en Neve Daniel. Allí nos mostró los diferentes asentamientos y nos explicó cuán buena era en realidad la cooperación con los árabes.
Desde allí condujimos un tramo corto hasta la intersección de Gush – lugar donde se sucedieron muchos ataques a civiles y a soldados en los últimos años. Exactamente en este punto, los voluntarios fundaron “Pinat Chama”. Un lugar de descanso y relajación para los soldados israelíes, donde pueden comer pasteles donados, sopas, bebidas, etc. gratuitamente. Después de una breve charla con los soldados y unas pocas fotos, condujimos hacia nuestro siguiente punto del programa – Petel BaHar.
En Petel BaHar, ¡estuvimos cogiendo fruta! Nos permitieron comer tanta como quisimos (o pudimos). La fruta que no llevaba pesticidas ¡sabía a gloria! Había moras, frambuesas, cerezas, fresas, etc.
Aunque disfrutamos mucho de la fruta, todavía nos quedaba espacio para un plato israelí obligatorio: hummus, falafel, ensalada y limonada fresca en el restaurante Hummus BaArtez.
Con el estómago contento, condujimos hacia nuestro último punto del programa – el Kfar Etzion Museum – para ver una película sobre la historia de Gush Etzion poco antes del nacimiento del Estado de Israel. Era muy opresivo, pero una cosa estaba clara al final: ¡Amamos y celebramos la vida!