¿AISLADA EN EL DESIERTO?

Mi nombre es Salomé Herbrich y soy voluntaria en ADI Negev. Desde hace unos cinco meses, apoyo a los residentes en su vida diaria. Mi motivación para venir a Israel fue hacer algo bueno y desinteresado por las personas que no pueden hacerlo, pero sobre todo para Israel. Para mí es importante que respalde este país, sin importar lo que otros digan o piensen. Especialmente como un alemán.

Con mi año aquí como voluntaria, quiero darle a mi vida un significado más profundo y ser una bendición para los niños más necesitados de Dios. Honestamente, al principio tenía algunas preocupaciones, porque carecía de experiencia previa con personas discapacitadas. Ese fue un desafío que me enseñó a crecer más allá de mí mismo y a conocerme mejor. Me sorprende a mí mismo cómo ahora puedo ver a los residentes desde una luz muy diferente. Ver al ser humano que se esconde detrás de una terrible discapacidad física y mental. Una sonrisa me alegra el día, una carcajada hace que mi corazón explote. En estos momentos estoy feliz de que las cosas pequeñas puedan hacer mucho. El discurso no lo es todo, lo importante es lo que llevas en tu corazón.

Aunque vivo en el Negev y puede parecer que estoy aislada, tengo muchas oportunidades de viajar y conocer el país. No hay lujo aquí, ¡pero vale la pena! ¡Estoy orgullosa y agradecida de estar aquí!

Ayuda a los niños de ADI a tener más razones para sonreír

Podemos marcar la diferencia en las vidas de los niños israelís con capacidades severas y complejas, ¡y tú también puedes! Financiando uno de nuestros muchos proyectos transformativos, darás la oportunidad a los niños, a pesar de la gravedad de sus discapacidades, de darle sentido a su vida y mejorar la calidad de ésta.